Cannes Film Festival
24th Cinéfondation 2021
Bizkaia, años 80. Kepa es un joven de clase obrera que vive en un entorno familiar agobiante, y en el que se siente una carga. Habiendo conocido a alguien, y harto de su situación, decide hacer las maletas y huir. La misma noche en la que pretende marcharse, sus amigos preparan un ataque en protesta por el cierre de los astilleros donde trabajaban.
Hola Gonzalo, gracias por hablar con TNC, ¿cómo te ha ido durante estos extraños tiempos de Covid?
Buenos días! Pues en el plano profesional o creativo me he mantenido bastante activo, en el familiar y de salud desgraciadamente también pero por motivos negativos. Ahora en 2021 estamos ya mas tranquilos y todo va mucho mejor.
¿Se ha sentido inspirado para aprovechar nuevas oportunidades creativas?
A raíz de estar confinado tanto tiempo empecé a escribir varias ideas, y a día de hoy sigo afinando una de ellas. Como siempre voy con mi cámara a todas partes, por lo que contenido personal no dejo de amontonar.
¿En qué medida su tiempo y experiencia en ESCAC lo prepararon para su viaje cinematográfico?
Personalmente estoy muy contento con mi andadura por la ESCAC. He aprendido mucho de cine, he tenido suerte y me han enseñado grandes profesores. También he conocido personas con las que sigo trabajando, y espero que siga siendo así durante mucho tiempo. De no ser por cómo han pasado estos años, las experiencias y el aprendizaje, probablemente no estaría escribiéndote ahora mismo.
Enhorabuena por la selección de La caída del vencejo para la XXIV Cinéfondation, ¿qué significa para ti que tu película forme parte del festival de este año?
La verdad es que es un auténtico sueño. Y no un sueño echo realidad, porque a pesar de poder fantasear con ello nunca pensé que llegaríamos a un festival como Cannes. ¡Literalmente estamos en un sueño! La ilusión es enorme por parte de todo el equipo, y estamos deseando que llegue ya el festival. Nos llegan muchos mensajes desde el anuncio de la selección, y además de la experiencia, estar seleccionados en Cannes nos está abriendo nuevos horizontes.
¿Puedes contarme cómo surgió La caída del vencejo, qué inspiró tu guión?
El proyecto del Vencejo nace a raíz de distintas ideas. Por un lado junto a mi amigo Sergi Vidal (ayudante de dirección y compañero de inicio a final en el proyecto) teníamos ganas de escribir una historia ambientada en los años 80, que se asemejara al “cine Quinqui” de la época (“El Pico”, “Navajeros”, “El Vaquilla”…).
Por otro lado en una visita familiar a Bilbao (en esa época yo vivía en Barcelona), empecé a fotografiar zonas industriales de mi zona; puertos, astilleros, fábricas… De ahí comencé a crear un universo, y así nació el guión, como siempre que escribo con problemas o inquietudes personales como trama. Con Lucas Ybarra, amigo mío y el que acabaría siendo protagonista de “La Caída Del Vencejo”, continué haciendo sesiones fotográficas, ésta vez caracterizándole como personaje en ése mismo entorno industrial. Fue entonces cuando empezó a converger todo, y de ahí acabó saliendo la película.
¿Hubo alguna escena que te haya resultado difícil de filmar?
La verdad es que por una parte el rodaje fue muy bueno, pero por otro lado había varias escenas que nos daban mucho respeto. Siempre tuve claro el estilo y forma de rodar, la mayoría de escenas eran planos secuencias. Lo hicimos así porque me gusta el realismo de un solo plano, la idea de una cámara en mano, casi documental, que presencia la historia. Esto, claro, traía consigo las complicaciones pertinentes. Las escenas nocturnas de fábrica fueron sin duda las más complicadas, por la puesta en escena, el número de extras, el trabajo de vestuario, arte y foto… Cuando me despertaba todas las mañanas y hablaba con mi compañero Oriol Jodar (montador del corto y asistente de dirección), siempre comentábamos, “las secuencias de hoy son las más complicadas, si todo sale bien hoy, mañana será más fácil”. ¡El caso es que nos lo repetíamos cada día! Hahaha. El último día, cuando habíamos rodado todas esas escenas que temíamos, resultó ser el más estresante. Tuvimos varios contratiempos, y como pensábamos que sería una jornada sencilla, pasamos más apuro. Afortunadamente todo salió mas o menos bien (como siempre, no quedamos satisfechos y cambiaríamos muchas cosas), y la cena y fiesta de fin de rodaje fue una alegría para todos.
¿Te permites mucha flexibilidad con tu guión o te gusta ceñirte a lo que se ha escrito?
Es una pregunta interesante, porque si te dijera que me ciño al guión te mentiría. Tengo claro cuando escribo los diálogos que son más una ayuda o guía para los actores. Algo que les haga entender el tono o la manera de expresarse. Si ahora proyectáramos los brutos, nos encontraríamos con distintos diálogos en las diferentes tomas de un mismo plano. Me gusta que los actores se sientan cómodos y hagan suyas las frases. Además, la mayoría de personajes se interpretaron por no actores, por lo que el trabajo con ellos era distinto.
Por otro lado, me gusta escribir de manera descriptiva, con muchas acciones. Esa parte del guión si me gusta seguirla más al pie de la letra. Aunque a la hora de cargar la cámara al hombro me gusta improvisar con la cámara, respirar con el personaje, moverme con él, y ver a dónde nos lleva el “baile”.
¿Siempre has tenido pasión por el cine?
Siempre me ha apasionado el cine. Viene por mi padre. Le encanta la música, el cine y la literatura, entre otras cosas. Siempre vi cámaras de fotos en casa, además de colecciones de vinilos, CDs, libros o películas. De niño me solía disfrazar cuando veía una película, mimetizándome con los personajes. Más tarde gracias al patín me aficioné a grabar cintas, para posteriormente montar videos de patín con mis amigos. Así empecé a grabar y editar mis primeros videos.
"A mi me gusta expresar con la cámara, por lo cerca o lejos que esté, su movimiento, el ángulo de la óptica, el lugar en el que se encuentre, a un lado, de frente, detrás…"
¿Ha cambiado mucho su enfoque de sus películas desde que comenzó a hacer películas?
Supongo que sí, como es o debería ser normal. Aún estoy empezando como quién dice, los últimos años me han enseñado mucho sobre narrativa, y creo que estoy encontrando la manera en la que me gusta contar mis historias.
¿Su experiencia como director de fotografía le ayuda cuando está dirigiendo un proyecto cinematográfico?
Muchísimo. Hay directores que expresan mucho mediante los actores, la puesta en escena, el montaje… A mi me gusta expresar con la cámara, por lo cerca o lejos que esté, su movimiento, el ángulo de la óptica, el lugar en el que se encuentre, a un lado, de frente, detrás… Me ayuda mucho mi experiencia como fotógrafo o DOP para saber como quiero contar mi historia.
¿Hay algún consejo o consejo que le ofrecería a un colega cineasta?
Lo que siempre me han dicho a mí: no dejes de rodar nunca, cuanto mas ruedes mejor, y sobre todo, rodéate de gente con la que te guste trabajar, y cuenta la historia que lleves dentro, en tu tripa.
Y por último, ¿qué quiere que el público se lleve de La caída del vencejo?
Me gustaría que se llevaran un poco del universo que retrato, y ganas de conocerlo más. Y sobre todo, que trasladaran la historia del Vencejo a sus vidas, a sus miedos, a sus inquietudes. Al fin y al cabo la historia de Kepa (personaje protagonista) es algo que seguro les sucede a muchas personas en nuestro entorno.